Escritor de la Semana
¨Felicidad no es hacer lo que uno quiere sino querer lo que uno hace.¨
Jean-Paul Sartre (París,
21 de junio
de 1905-15 de abril
de 1980),
fue un filósofo,
escritor,
novelista,
dramaturgo,
activista político, biógrafo
y crítico literario francés,
exponente del existencialismo y del marxismo humanista.
Obras Célebres
1936- La imaginación
1936-La trascendencia
del ego
1938- la nausea
1943- El ser y la
nada
1944-A puerta
cerrada
1943-1945-1949- Caminos de la libertad (I,II,III)
1946-El
existencialismo no es humanismo
1960-Crítica a la razón
dialéctica
Datos curiosos
-
Sartre fue soldado conscripto del Ejército Francés
entre 1929 a 1931. Declaró posteriormente en 1959 que cada francés era
responsable colectivamente de los crímenes durante la Guerra de Independencia
de Argelia (que era una colonia francesa) y escribió el mítico prólogo de Los
condenados de la tierra, de Franz Fanon.
-
En 1939 sirvió como meteorólogo en el Ejército Francés
durante la Segunda Guerra Mundial. Fue capturado por tropas alemanas
en 1940 en Padoux, pasando nueve meses como prisionero de guerra en Nancy y
luego en Stalag.
-
En 1964 Sartre rechazo el Premio Nobel de Literatura,
alegando que su aceptación implicaría perder su identidad de filósofo.
-
Además del impacto de La náusea, la mayor contribución
literaria de Sartre fue su trilogía Los caminos de la libertad,
compuesta por tres libros: La edad de la razón, El aplazamiento y
La muerte en el alma, que traza el impacto de los eventos de la
pre-guerra en sus ideas.
-
Sartre rechazó durante décadas la noción del Unbewußtsein (“lo inconsciente”),
particularmente la planteada por Sigmund Freud, ya que para el
francés lo inconsciente era un criterio “característico del
irracionalismo alemán”, y por tal motivo se oponía a una psicología
que se basara en un “irracionalismo”.
-Sartre
señala que el humanismo clásico admira a la humanidad en
virtud de las producciones o valores de algunos hombres concretos, y
considera que esencialmente el ser humano es el más perfecto de todos los
seres, pues está hecho a semejanza del Dios trascendente. Este
humanismo clásico es, según afirma, absurdo.
Frente
a él, el existencialismo es un humanismo porque es una filosofía de la
acción y de la libertad: la dignidad humana radica en la
libertad; gracias a ella el ser humano siempre trasciende su situación
concreta, aspira al futuro sin estar determinado por su pasado, se traza metas
y construye su ser.
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